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El growth hacking en español: cuando la jerga técnica no traspasa fronteras.
Empecemos por Miami. El fundador de una startup —llamémoslo Chad— está lanzando su aplicación de tecnología educativa a una sala llena de padres colombianos. Su baraja está repleta de palabras como «CAC», «optimización del LTV», «bucles de escalado» y «coeficiente viral». Termina su discurso con: «¡Y así es como nos abrimos paso a 100 000 usuarios!»
La habitación lo mira fijamente como si acabara de recitar la tabla periódica en klingon. Uno de los padres levanta tímidamente la mano y pregunta: «¿Pero qué significa hackear usuarios?»
Spoiler: el terreno de juego se hundió.
Spoiler #2: esto pasa más de lo que piensas.
La jerga no se transmite bien. Especialmente cuando cruzas fronteras culturales, no solo lingüísticas.
«No estamos traduciendo. Estamos trasplantando».
Esa es una frase que utilizamos con frecuencia en la estrategia de marketing de América Latina. Porque cuando una marca estadounidense piensa que lo único que necesita para crecer en los mercados de habla hispana es contratar a un traductor o copiar y pegar sus tácticas en una plantilla de Canva con música salsa, las cosas salen mal. Rápido.
El growth hacking no consiste solo en pruebas A/B y embudos de incorporación. Se trata de velocidad contextual.
Y si el contexto no es el adecuado, su crecimiento se pudrirá antes de madurar.
Vamos a desglosar esto con un ejemplo que te encantará (o que odiarás, según el destino de tu presupuesto):
Una marca de DTC que vende equipos de acondicionamiento físico inteligentes intentó publicar anuncios en Facebook en México con textos como:
«Alcance sus KPI. Biooptimice su día. Hackea tu rutina».
Y esto es lo que leyó el público:
«Suena bonito, pero ¿qué mier... están diciendo?»
El compromiso había muerto. Los comentarios eran en su mayoría emojis, risas y reacciones confusas. La campaña se hundió.
¿Por qué? Porque nadie en Guadalajara, Bogotá o Lima piensa en la «biooptimización» cuando hace abdominales. Están pensando en que su entrenador no les grite o en cómo le explicarán a mamá que han comprado otro aparato en lugar de pagar su tarjeta de crédito.
El crecimiento necesita matices culturales. No es negligencia cultural.
Dejemos una cosa clara: el mercado latino no necesita que «simplifiques» tu marca.
Solo necesitan que entender qué ellas valor.
Si tu estrategia de crecimiento supone que todo el mundo piensa como un gerente de producto del Área de la Bahía, no entenderás el punto (ni las ganancias).
Esto es lo que realmente impulsa la conversión en América Latina:
- Confianza, no solo tecnología.
- Pruebas sociales de personas como yo, no de personas influyentes de Silicon Valley.
- Relacionabilidad frente a la automatización.
- La emoción es lo primero, los datos después. (Sí, nos encantan los dashboards, pero también nos irritan los anuncios).
Puedes ser la startup más técnica, optimizada e impulsada por la IA del mundo, pero si dices «embudo de retargeting» a alguien cuya idea de marketing sigue vinculada a la feria del barrio, no vas a aterrizar. Tú eres flotante.
Del Growth Hack al Culture Crack
Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Deberíamos borrar del manual todas las tácticas basadas en métricas?
No. Pero sí tenemos que reformularlo.
El growth hacking en español no es solo una traducción. Es reinvención.
Se está preguntando:
- ¿Se haría viral esta campaña en Cartagena sin medios de pago?
- ¿Una abuela cubana entendería la propuesta de valor?
- ¿La Generación Z mexicana volvería a publicar esto si no tuviera una celebridad?
Empiezas a ganar cuando tu marca deja de actuar como un turista y empieza a actuar como un disruptor local.
La fórmula de crecimiento de América Latina (también conocida como: lo que su agencia debería estar haciendo realmente)
¿Quieres crecer? Empieza aquí:
1. La jerga local no es opcional.
Si tu CTA dice «optimiza tu flujo», estás fuera. Si dice «pon tu rutina en modo bestia», estás dentro. (Sí, incluso para SaaS).
2. El humor supera a los datos, hasta que se genere confianza.
Recuerde: muchos consumidores latinoamericanos se han visto perjudicados por la brillante tecnología extranjera. Los gráficos no les impresionarán hasta que les gustes.
3. Sus métricas necesitan un rostro humano.
No solo queremos escuchar «+78% de retención de usuarios». Queremos reunirnos Lucia, una madre de 37 años de Quito que usa tu aplicación para ayudar a sus hijos a estudiar. Háblenos de ella.
4. Deja que la emoción plomo el embudo.
Empieza con la narración de historias. Luego, conecta los píxeles de seguimiento. No al revés.
Así que... ¿deberías ir solo?
Podrías.
Podrías seguir publicando anuncios de Google en español que suenen como Google Translate y cruzar los dedos para que el CAC caiga.
O...
Podrías asociarte con una agencia que haya estado en las trincheras, probando, lanzando y ampliando marcas que realmente palo en Latinoamérica.
Porque cuando tratas al mercado latino como un «segmento», pierdes. Cuando lo tratas como un cultura, tú ganas.
Y esta es la cuestión: no solo entendemos el idioma. Obtenemos el ritmo. El momento. La emoción. Eso es lo que impulsa el crecimiento sostenible al sur de la frontera. Así que la próxima vez que pienses en hackear Growth en español, quizás comiences por desaprender inglés.