Diariamente, las personas reciben una enorme cantidad de información a través de distintos medios. Con cifras que hablan de una exposición de 4,000 a 10,000 anuncios por día, es natural que los consumidores estén cansados de recibir mensajes no solicitados y poco relevantes. Por esta razón, actualmente las compañías se esfuerzan por proporcionar a sus clientes experiencias de acuerdo con sus preferencias personales.

Los clientes esperan que se les entregue aquello que necesitan incluso antes de que ellos mismos descubran que lo desean. Las marcas deben procurar que en cada punto de interacción con el usuario se ofrezca una experiencia según sus gustos e intereses. En el mundo digital esto se hace posible gracias a la recolección de datos que se obtienen con los historiales de navegación y por la personalización en publicidad digital que permite llegar al público correcto.

¿De qué forma se aplican experiencias personalizadas?

Algunas estrategias digitales que se utilizan para la personalización de contenido incluyen las siguientes acciones:

  • Mostrar anuncios con ofertas en artículos por los que el usuario se interesó previamente. 
  • Servicio al cliente que lleva un registro de interacciones previas para dar seguimiento a su historial.
  • Enviar información que aporte valor y resuelva necesidades específicas. 
  • Recomendaciones de música en Spotify o de películas y series en Netflix conforme a sus preferencias.

En el plano físico, esto sería similar a la experiencia en una cafetería en la que el empleado recuerda el nombre del cliente, el tipo de café que suele tomar y le obsequia una de las galletas que tanto le gustan.  

La psicología detrás del gusto por las experiencias personales

Ya te hablamos del hartazgo de los consumidores al exceso de mensajes irrelevantes, lo que ha causado que en cierta forma se vuelvan inmunes a ellos y que simplemente los ignoren. Este fenómeno tiene su explicación a nivel cerebral, en una área llamada sistema de activación reticular o SAR, la cual se encarga de muchas funciones cognitivas, trabaja como un filtro que bloquea información inútil y solo le hace tomar conciencia de aquello que considera trascendental.

Esto explica por qué cualquier información dirigida a tus intereses personales inmediatamente atrae tu atención y te impulsa a interactuar.

La naturaleza del ser humano tiende a buscar tener el control, lo cual le brinda seguridad y bienestar. Cuando alguien vive una experiencia personalizada, el hecho de saber que el escenario se generó especialmente para él o ella, le brinda una sensación de poder de la situación.

Los consumidores tienen el poder

Hoy más que nunca, las personas tienen el poder de elegir qué quiere ver y qué no. Ejemplo de esto son los bloqueadores de anuncios, que son utilizados por 198 millones de usuarios; sin embargo, el 77% de los consumidores de Internet afirma que preferirían poder filtrar los anuncios en lugar de bloquearlos del todo. Esto es una muestra más de que los posibles clientes desean recibir información, siempre y cuando esta les parezca beneficiosa o interesante.

Los consumidores exigen experiencias personalizadas e incluso se muestran dispuestos a pagar un poco más por conseguirlo. Tanto en el plano físico como en el ámbito digital, las personas esperan que las empresas recuerden quiénes son y qué les gusta. Con las herramientas adecuadas las marcas tienen una excelente oportunidad para recolectar información valiosa de sus clientes y utilizarla a su favor en cada una de sus interacciones.